09 enero 2009

el tacto es el primero de los sentidos

me rozas
con tu piel me rozas,
y aún más con tu voz ausente,
me rozas la sangre hirviendo,
la arteria servil,
todas estas venas llamando tu nombre

árame cada día
que soy surco yermo,
que soy tierra ingrata que olvida
tu tacto
a pesar de olerte en mis huecos,
en los resquicios de cuerpo sin agua
como la guarida que tengo
enredada en las ingles
donde percibo siempre tu vacío intacto,
la espalda de labriego que me cuida
para luego dejarme en barbecho de soledades

me rozas
con tu silencio me rozas,
y tan adentro me gime tu ausencia,
que hasta la nada duele,

hasta el sigilo tuyo,
esa omisión del querer
que me acaricia lejano,
que sólo sabe espiarme a medias
los escondites de polvo y sábanas
que en el fondo me forman

me rozas el espacio hueco,
me dueles con él
y a pesar de mi cáscara,
sigues doliendo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

precioso... cálido y frío a la vez...
te quiero.

Margarita Franco Sanagustín dijo...

En mi blog hay una entrada "Boca", que era para uno de tus poemas, creo que beso, pero sin tu correo electrónico no se como enviarte dibujos que no sea a través de mi blog.
Besetes, ya me contarás que haces en Bilbao.

Ekain dijo...

se echa de menos tus poemas, actualiza ya