Soy la mujer del fuego en el corazón
y tierra en las piernas.
De mi cabeza salen llamas,
raíces de los pies al suelo.
Arraigué en tu muslo
pero no en tu pecho.
Allí soy simple humo,
sólo humo y ceniza-vértigo.
Llegué envuelta en calor
y ahora me voy despacio, sin prisa,
como la materia orgánica,
desde lo lento.
No te haré daño,
No me harás un favor
por amarme.
Eso ya lo hacen otros.
RODRÍGUEZ
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a veces me acuesto temprano y claro me levanto temprano fresco de tiempo,
hoy he leído el don de la ebriedad de Claudio Rodríguez y me tenía que
aprende...
Hace 5 días