19 diciembre 2006

blanco esquimal


Blanco me rodea más que hojas hirviendo,
más que paseos en triciclo por nieve que gotea.
Blanco me come con una avaricia que no es la del negro,
que es más lenta y blanca,
que todas las pulpas de fruta en mi mano.
Blanco derretido a lo largo de mi cama,
con el que duermo y me levanto,
siempre blanco, siempre eterno.
En todos los rincones y segundos, en bolsillo roto y saco vacío.
Así el blanco me enternece como al bebé que no discute lo que bebe,
sino que asume y traga
aún más blanco,
aún más leche desdentada.

1 comentario:

Ernxt dijo...

Hace tiempo que abria esta pequeña ventana esperando encontrar alguna frase, algun relato, algun sentido extraviado... te extrañaba.