Cuando volví a abrir los ojos, la cometa de colores comenzaba a descender peligrosamente precipitándose hacia los arbustos de la orilla del río. Parecía un exótico pájaro herido cortando el viento sobre el azul del cielo. La chica que la manejaba tiraba del hilo con fuerza, viendo venir el inminente desastre de la cometa atrapada en las ramas. No pudo hacer nada por detenerla. Por más que estiró del hilo, el viento terminó empujando al pájaro de mentira de vuelta a la tierra. La chica se acercó a la orilla y comenzó a desenredar el hilo hábilmente atrapado en las espinosas ramas del arbusto. Volví a cerrar los ojos.
1 comentario:
pobre lucy...esto me recuerda al triste final de mi pequeño planeador
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