La agarro de los pelos y sacudo su osadía por el balcón de casa
mientras se agita su melena van cayendo al vacío hilos de madejas nuevas
y se pierden los ácaros gigantes que hivernan en su alfombra
Quiero limpiarla por cobarde de medias valentías
deseo seguir sacudiendo contra los barrotes de metal
la mugre acumulada durante años sin sol
el paso del tiempo enredado en hebras durmientes
y la apatía,
el rencor,
de quien no ha logrado proyectar un sólo grito fuera de la garganta
comienza a renovarse con cada golpe
y parece que ya está lista
ahora sólo resta lavadora y punto
ANÉCDOTA DOCENTE
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Mi primer trabajo remunerado fue como profesora de inglés en la Escuela de
Prácticas aneja a la Universidad del Profesorado de E.G.B. de Huesca.
Apenas te...
Hace 2 semanas
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