Para aprender a girar sólo necesitas tener verdaderas ganas de hacerlo y un espejo. Puedes emplear el espejo que quieras. Cualquier reflejo vale. Yo, para empezar, compré uno espejito en los chinos de abajo de mi casa (vulgarmente conocidas como tiendas de TODOa100). Era muy bonito, redondo y rojo como una pelota presumida. Cabía en la palma de mi mano. Era el espejo perfecto para empezar a girar en cualquier parte del mundo. Era tan bonito que cuando fui preguntar su precio a la dependienta mexicana del chino, me dijo que por tener tan buen gusto me lo regalaba.
Así que salí a la calle con mi espejito y una sonrisa doble muy dispuesta a girar con todos los reflejos-sorpresa que se me cruzaran por el camino.
Como te decía, girar es algo bien sencillo pero es muy importante estar atentos. Coloca el espejo a la altura de los ojos y mira bien su interior. No puedes distraerte ni un segundo y sobre todo es imprescindible no parpadear. Si eres paciente y tu deseo es constante las sombras no tardarán en aparecer por tus pupilas. Primero son como leves brumas naciendo en el fondo de los ojos. La primera vez que las vi pensé que eran fantasmas negros por su forma de bailar entre sí dentro de mi globo ocular. Sin embargo, a medida que su imagen se aclaraba en el espejo me di cuenta de que además de negros, eran felices.
Los fantasmas negros felices empezarán rápidamente a crecer a fuerza de comerse unos a otros y pronto te invadirá el primer nivel del giro. Tranquilo, sabrás perfectamente cuando has llegado a ese nivel porque en el preciso momento en que los fantasmas lo envuelvan todo empezarás a ver el mundo con colores invertidos. Ya estás a punto de girar, ¿no te resulta emocionante?
A partir de aquí ya no necesitas el espejo. Envuélvelo en un trozo de tela blanca y guárdalo en tu bolsillo. Ahora tienes que empezar a caminar del revés pero sigue tranquilo porque eso no te va a parecer nada difícil. Ten en cuenta que en este nivel ya estás mirando del revés. Sé que te vas a sorprender de lo sorprendentemente fácil que es caminar de espaldas cuando tus fantasmas miran de frente. No te va a costar esfuerzo, puedes incluso correr más rápido de este modo y, desde luego, es imposible que te tropieces puesto que tu ojos ahora abarcan 360 grados. ¿A que es genial?
Sólo te queda disfrutar de este nuevo punto de vista, de colores nuevos, de formas que no son ni redondas ni cuadradas. De líneas huecas y de líneas hinchadas. Disfruta viéndote a ti mismo desde fuera y desde dentro. Puedes salir de tu cuerpo si quieres, pero mejor no te voy a contar el secreto porque es más divertido que lo descubras por ti mismo... Oye, por cierto, ¿a ti no te gustaría volar?
Así que salí a la calle con mi espejito y una sonrisa doble muy dispuesta a girar con todos los reflejos-sorpresa que se me cruzaran por el camino.
Como te decía, girar es algo bien sencillo pero es muy importante estar atentos. Coloca el espejo a la altura de los ojos y mira bien su interior. No puedes distraerte ni un segundo y sobre todo es imprescindible no parpadear. Si eres paciente y tu deseo es constante las sombras no tardarán en aparecer por tus pupilas. Primero son como leves brumas naciendo en el fondo de los ojos. La primera vez que las vi pensé que eran fantasmas negros por su forma de bailar entre sí dentro de mi globo ocular. Sin embargo, a medida que su imagen se aclaraba en el espejo me di cuenta de que además de negros, eran felices.
Los fantasmas negros felices empezarán rápidamente a crecer a fuerza de comerse unos a otros y pronto te invadirá el primer nivel del giro. Tranquilo, sabrás perfectamente cuando has llegado a ese nivel porque en el preciso momento en que los fantasmas lo envuelvan todo empezarás a ver el mundo con colores invertidos. Ya estás a punto de girar, ¿no te resulta emocionante?
A partir de aquí ya no necesitas el espejo. Envuélvelo en un trozo de tela blanca y guárdalo en tu bolsillo. Ahora tienes que empezar a caminar del revés pero sigue tranquilo porque eso no te va a parecer nada difícil. Ten en cuenta que en este nivel ya estás mirando del revés. Sé que te vas a sorprender de lo sorprendentemente fácil que es caminar de espaldas cuando tus fantasmas miran de frente. No te va a costar esfuerzo, puedes incluso correr más rápido de este modo y, desde luego, es imposible que te tropieces puesto que tu ojos ahora abarcan 360 grados. ¿A que es genial?
Sólo te queda disfrutar de este nuevo punto de vista, de colores nuevos, de formas que no son ni redondas ni cuadradas. De líneas huecas y de líneas hinchadas. Disfruta viéndote a ti mismo desde fuera y desde dentro. Puedes salir de tu cuerpo si quieres, pero mejor no te voy a contar el secreto porque es más divertido que lo descubras por ti mismo... Oye, por cierto, ¿a ti no te gustaría volar?
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