21 enero 2013

Perfezione, tutto alla perfezzione

Tropecé:
a veces pasa.

Menú para inapetentes:
Plato 1- un dedo
Plato 2- lengua, grieta, nuca
Plato 3- vendaval

Me arranca la arritmia
un metrónomo esquimal.

Arlequín quiere ser escritora
pero Capote le exige
"diálogo,
estructura,
cadencia
y corazón".

Poetas conversos, a repetir: ¡“es el fin”!
Vuelven los cuentos mientras el útero digiere
la última poesía que no quiere ser dada a luz

Tropecé:
La tráquea mide once kilómetros con sesenta y cinco sueños de Kafka.

A repetir:

Se termina la tiza.
Llega Baco enfundado en un caftán
Danza Alf lila wa lila porque es queer
Y yo estoy en ese borde del cráter
que puede decirse “sequía” a pulso con el fuego

Si el metrónomo me ama,
si se posa en mi lengua y el resto deja de existir
quizá no sienta finales.

Se ve que Capote reescribía el mismo párrafo
una y otra vez.
Gastaba papel, café
hasta que quedaba perfecto.

Tanto camaleón no podía salir de ningún otro sitio.

En Marrakech viven en jaulas.
Miran con esos ojos que enfocan a todas partes,
360 grados encontrándose contigo
pero no pueden salir.
Los camaleones no pueden salir
mas que de las teclas de Capote.

Reescribir, repetir, re, re, re.

Reducir
Retirar
Remis
Retoque

Sólo un pequeño retoque más.

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