11 octubre 2010

el que me enseña a respirar

Resulta que el amor no es como me lo contaron mis abuelas, la televisión y los libros de cuentos. Resulta que puede ser todo menos apasionado y desquiciante. Que puede ser calmo, que puede ser un simple beso en un bar tomando una cerveza a media tarde, lo más normal del mundo plasmándose en tu sonrisa que me mira y me ama y no me pide nada ni me exige un contrato ni me atormenta con mañanas y dirás que soy tonta porque siempre he creído que para amar a alguien hace falta perder la cabeza, la dignidad y la sonrisa pero parece que el amor no es como me lo contaron y quizá seas tú el que tenga que enseñarme que se puede ser feliz con poco y tranquilo con nada que la piel a veces es la mejor manta que uno puede echarse por encima a pesar de que siempre llueva en Bilbao o que no queramos poner la calefacción por considerarnos ecologistas habitando el capitalismo con los puños alzados de quien se defiende haciendo malabares ante las prisas del desarrollo de nuestros jóvenes cuerpos mutilados sobretodo por el deseo de seguir siendo jóvenes. Resulta que el amor no es como me lo contaron porque puedes llegar tú, sin pinturas y sin nariz de payaso para hacerme reír de mi inseguridad insectil de antenas siempre alerta. Me entra la risa pero sobre todo me invade el miedo y me aferro a las vías desgastadas de trenes a los que subí, con los que me di un paseo y que abandoné por mil motivos: inseguridad, egoísmo, torpeza, egoísmo, cuerpos y mentes más densos. Pero la densidad de tu cuerpo. La densidad de tu mente. El descubrirse seguros, con pausa y con el amor guardado como el último pedazo de dulce bajo el cajón de la mesa. Eso es amor latiendo. Ese eres tú que me das una lección de aire sin cobrarme entrada al paraíso.

2 comentarios:

fata morgana dijo...

que bonito!!!!
;(

Jose dijo...

qué hermoso... :)