Cuando tenía 14 años y lloraba por el primer amor perdido mi madre me dió un sabio consejo. "Tú tranquila hija", me dijo. "Hasta que no hayas repasado el alfabeto entero mejor no te conformes con ninguno". Ese día comencé el inventario de hombres. Ayer volví a llegar a la letra A y todavía no te he conocido.
taller 3 de marzo
ANÉCDOTA DOCENTE
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Mi primer trabajo remunerado fue como profesora de inglés en la Escuela de
Prácticas aneja a la Universidad del Profesorado de E.G.B. de Huesca.
Apenas te...
Hace 2 semanas
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