Hubo un mar muerto de palabras que no supe leer.
Ahí quedó todo: flotando en la superficie.
Las olas lamían queriendo más cajas de Pandora,
más Ícaros inmolados
y yo y mi ilegibilidad danzando en la cubierta del ópalo.
Yo y tu dermis, nariz triangular o impás en la plegaria.
Yo y tu esfinge.
Que el tiempo ni el pálpito saben inocularte trasiego.
Trabajo descalza sobre tu vientre irregular.
Para seguridades ya tengo tu rostro.
No amar en tu idioma es lo mismo que buscarme entre líneas.
LOS SIMPSON Y KRASZNAHORKAI
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hace unos años leí algunos libros del búlgaro Lazslo Krasznahorkai. eran
de una magia asombrosa, reafirmaban el poder del arte en medio del terror
apoca...
Hace 2 semanas

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