No hay ninguna diferencia entre la soledad o la felicidad del compatir. Las dos son lo mismo si se viven con plenitud. Miro las luces casi apagadas en el techo. El rescoldo eléctrico, la huella fluorescente. Y qué más da el brillo malentendido si la comprensión nace de la oscuridad, de ese viejo trastero llamado "corazón" que se siente lleno estando solo pero finge alegría con abrazos extranjeros. El único idioma que habla lo habla con lentitud y se entiende igual entre lo que se da y lo que se pierde. Vuelvo a ti en lo perdido.
Me encuentro en cada rincón que anuda el pasado en este ritual de santería, desplumando gallinas y consuelos y discursos.
enciendo un cigarro
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hoy se cayó esta plaquette al suelo JOSÉ MANUEL HEREDIA Enciendo un
cigarro. es 1 premio ediciones del 1900. y es un salmo responsorial, bien
ejecutado e...
Hace 19 horas
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