Soy la mujer del fuego en el corazón
y tierra en las piernas.
De mi cabeza salen llamas,
raíces de los pies al suelo.
Arraigué en tu muslo
pero no en tu pecho.
Allí soy simple humo,
sólo humo y ceniza-vértigo.
Llegué envuelta en calor
y ahora me voy despacio, sin prisa,
como la materia orgánica,
desde lo lento.
No te haré daño,
No me harás un favor
por amarme.
Eso ya lo hacen otros.
ANÉCDOTA DOCENTE
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Mi primer trabajo remunerado fue como profesora de inglés en la Escuela de
Prácticas aneja a la Universidad del Profesorado de E.G.B. de Huesca.
Apenas te...
Hace 1 semana