29 agosto 2006

¿Dígame?

Toc toc... me da un miedo tonto abrir la puerta del pasado, mirar viejas fotos que me llaman dispuestas a ser feroces, a hacerme daño sin pensar siquiera en que ya están muertas... pero al fin y al cabo sigo hablando conmigo misma ya sea hace un año o desde el útero. La única reina malvada de mi reino déspota soy yo y no olvido que me corono de vez en cuando, recordando los momentos en que no era una sino muchas enfadadas a la vez. Menudo ruido de cascabeles con espinas. Poco a poco, reconciliarnos. A eso nos lleva la vida.
Hoy he vuelto a Madrid. Es el último regreso y me está dando algo así como "penita". El "toc-toc" me come por dentro y afuera escucho el familiar ruido del camión de la basura madrileño. Si es que ya son las 3 de la mañana, no sé qué coño haces aquí escribiendo, me inquiriría mi madre. Es curioso cómo se pegan al cuerpo los pequeños detalles. Cómo he regresado a Madrid y una de las cosas que me hacen sentir en casa es el ruido desgastado del camión de la basura... El último año. Toc-toc. Marcha atrás. Soy plenamente consciente de que dentro de poco esto sólo será una borrosa mancha salpicada de fotografías.

cómic de días

la vida en viñetas
te-beo de colores
y yo sin cabeza pintando monas presumidas
acariciando bocetos recién salidos de las manos

la vida como un cuenco donde vierto más que bebo
porque tiembla cerca de los labios
porque me emborracho rápido sin tiento

dibujante de líneas huecas
dibujante con prisa

18 agosto 2006

El chico que me mira...

Ahora mismo, en este mismo momento, toda mi piel huele a ti. Huele a tu voz y a ojos redondos.
Me acabo de convertir en aire que sólo aspira, que sólo sube. Porque ahora mismo te llevo como límite en mi límite del cuerpo.
Ahora te consumo para mi en mi propia copa, en mi propio suspiro sin que estés tú para decirme "basta", sin que tus manos puedan sancionar las mías. Y te absorvo en el tiempo adherido a la yema de mis dedos, allí donde tu espalda ha dejado huella, huella que tiene aroma y que habla con los sentidos.
Ahora mismo toda mi piel huele a ti, recuerda tu rastro y quiere ser la científica loca que experimente con tu olor, que sea capaz, tras noches en vela y matraces rotos, de embotellar este sutil perfume que adormece mis pupilas.
Ahora mismo se eleva y se difumina. Queda contaminado por mi piel, celosa del olfato, por el tiempo que parpadea y se extingue llevándo nuestro momento a la orilla de la memoria.

Como un Tornillo

Tengo un torbellino dentro de la piel que no me deja acercar a mi corazón.
En cuanto pongo un sólo pie dentro me expulsa con violencia: "sé paciente y de una en una". Pero es que últimamente lo hago todo a la vez...