14 diciembre 2009

a.dios





Estoy de vacaciones. Creo que dentro de poco me toca la medicina. Esa sin receta. A lo mejor después de una buena dosis regreso de entre las muertas. Todo se andará. De momento, adiós. Aunque lo que más me importa es el “hola” que viene. Viene. De norte a norte. Pero en países diferentes y en otra placa tectónica. Una aún más nórdica. En todos los sentidos, no sólo el metafórico que ahora siento más firme. Hay que decidir. Y beber menos.

Ola. El mediterráneo no está mal, pero me vuelvo al cantábrico. Hasta pronto, Gibraltar.

09 noviembre 2009

jugando un poco

este es un pequeño taller de juegos poéticos que hice con mi amiga inuyur. una noche loca...


Juntando palabras.

Cimentando vida

Yo tengo una semilla
que se llama hormigón
y muchas vigas de metal que se llaman
como tú
yo tengo girasoles que valen por dos vidas
una: la que vivo y sufro
dos: la que pienso y lloro.

Siempre enlatados
Pescado fresco.
Nos llaman pescado fresco.
Sin respirar el agua más de un día
nos pudrimos, te pudres
en el desagüe de la cama.
Ahí te vas, girando
y te digo “adiós” entre lo sucio.

Bailar colinas
Bailar… desnuda
Descubrir… tu cuerpo
Recorrer… mil colinas
Y saberse… no saberse.

Verbo y laureles
En los laureles de mi vida,
en el verbo de tu sexo,
no existe pena ni risa
que no haya merecido,
por poco,
haber sido vivida.

Reunión de personajes.

El de los kleenex y un talibán
- ¡Eh chico! ¡Dame un paquete, anda!
Acababa de salir de la sala de abluciones. Por poco se le empapa la chilaba en el suelo encharcado.
- Son 5 dirhams, sidi.
- Y tú qué, ¿no entras en la mezquita?
Se alejó, secándose las manos hacia la puerta de madera tallada. Saludó a alguien a lo lejos llevándose la mano al pecho.
El chico se miró los pies, sucios, mal resguardados en las chanclas de playa, ordenó los kleenex en la caja. Quién sabe qué estará pensando.

El muecín y el rey
Él ya no era. Se habían parado los relojes, las luces…
la luna, menguante, así había quedado.
Se encontraba exento, tan diezmado de poder.
Y entonces la pregunta ante el asombro,
¿quién podía, quién se atrevía
A seguir cantando sin él?

Pensado en... haiku

Abrazos
Ya venía –de hace tiempo-
Remendando este abrazo
pero no quiere ni sabe.

Se me eriza la piel
tú tan cerca
no somos nada sin cuerpo.

Pereza
La sábana es un chicle húmedo
los ojos cristales
no veo tras de mí sino lo que soy.

No puedo lograr nada
no tengo
ni deseo pensar nada.

Las sábanas un lastre para abandonar este cuerpo,
yo torpe, sin tiempo,
No atrevo a juzgarme, y entonces la retirada.

Miedo
El tren de la bruja
me da miedo
¿quién es la bruja, quién es el cuento?

Si supieras, hasta donde,
desde tanto, desde siempre,
este miedo a que estos versos,
como el miedo no acaben.

Control

Respirar siendo consciente
es complicado…
respiro, luego lato.

Voy a quitarme los recuerdos,
y a arrancarme
el pánico, este momento.

Escondiéndote las palabras…

Se me revuelven las palabras…
retomar la corriente
quisiera que empezarás –mejor si empezará- a juntarme los pedazos
y míos también
como siempre nunca lo intenté“¿y a quién le importa?” me dirás, tu cuerpo envolviendo el mío
Se me juntan los recuerdos
La íntima, por eso la última…

Negro sobre blanco:
Y el delirio de perderme se hace grande…
Devuélveme los huesos, el páramo, la dicha,
Y volver
¡Vamos! Sigo descalza y sigo andando
No comprendes
La torre de babel y sus vecinos
Y quisiera verme sin quererte.

Piensa en…

mi abuela:
Quisiera descubrirte,
no tan vieja, no tan harta,
quisiera recordarte
como antes sé que te pensaba
Y así, vinieran mil cruzadas a llevarte,
No habría causa
para aún vieja, para aún harta,
Ahí dejarte.


mi madre:
Tú querías ser y fuiste
a tu manera, esa tan tuya.
Cada uno tiene su manual,
su propio calzado, profeta o guía.
Quién soy yo para quitarte méritos
quién eres tú para juzgar la vida…

15 octubre 2009

universo vs miniverso

Me gusta tanto esta sensación.
El pesar de los brazos,
la lentitud de las extremidades
como bailarinas
sobre los tendones del cuerpo.

Es mi mente el bastión,
el centinela firme que me mantiene alerta
sabiendo que estoy viva,
que deseo explorar
y exploro
con calma y maduro hervor de ideas,
las emociones que rigen mi carne.

Floto.

Cada vez más y más, floto.
Pero cada vez soy más densa.
Me extiendo y expando
al tiempo que condenso,
preparando cual semilla,
un grito que explote
nada más llegar a la fase REM

A Gioconda Belli

Descubrir una voz que habla por ti no es una cosa que suceda todos los días.
Descubrir que existe algo que te emociona tan adentro que piensas que el interior es parte de la piel, no ocurre tan a menudo.
De vez en cuando la empatía o la capacidad de sentir a ciegas, por no hablar de otros sentidos, se desbordan como cauce de torrente estival regresando a su camino natural a borbotones.
Te ahoga la sensación de frescor.
Glups.
Qué placer beber agua
creyendo no tener sed.

abracadabra

Sigue el camino de baldosas amarillas
y si no, te las inventas.
Así de fácil Dorothy, hija.
Búscate un poco la vida tú que puedes,
tú que eres la protagonista.
Si fueras la bruja del Este todo sería distinto.
Incluso si sólo fueras Totó en celo, las cosas cambiarían radicalmente.
Pero eres mona,
joven,
blanca,
europea.

Sigue el camino de baldosas amarillas.
Sabes donde está el sendero a casa.

Llevas los zapatos rojos, chica,
no te engañes a ti misma con que no sabes por dónde seguir.

Y de paso, sé feliz en el camino.

Te gustan los leones,
no le haces ascos a los robots
y sabes que,
en el fondo,
encontrarás un espantapájaros
ahuyentando el miedo en los maizales
que te inunden el destino.

¡Corre!
¿A qué estás esperando?

12 octubre 2009

Diálogos (sin luz)

Desde que escribo a la luz de una vela, todo se ha vuelto más claro.
Estos son mis diálogos sin luz...

Amante compulsiva


Yo no miento
cuando te digo que eres el chico más guapo del planeta,
que al mirarte se me expande el alma
(como tantas otras veces se me ha expandido)
o que al abrir la puerta de mi casa sólo expulso amor.

Hacia afuera hacia afuera
todo el amor hacia afuera

-canta la mañana a todas horas-

Yo no miento
(quizá exagero, pero mentir no va conmigo)
cuando te digo que no quiero nada serio,
que deseo experimentar la soledad creativa,
aunque después me arrope con tu sudadera
y olisquee los restos de tu piel de tela
sola solita en mi cama de matrimonio.



Declaración de principios



Me gustan las canciones poema
las novelas de película
hablar como un rapero
escribir como una niña.

Me gustan los chicos de todos los colores
los sabores sin prisa
me gusta todo:
así soy de moldeable.

Me gustan las declaraciones de principios
que empiezan y terminan
con la misma palabra.
Como un sí rotundo ante la vida,
como el “no” en la papeleta del voto.

No, no, no
Quizá, quizá, quizá.

Medias tintas,
medias rotas.
Carrera desde el tobillo al muslo.
Y de ahí al cielo.



Dubidubitando

¿Vas a entrar o no?
Porque soy una mujer complicada de por sí así que,
como puedes imaginar,
no me gustan los problemas.

Para quedarte sólo en el umbral
mejor márchate a otra parte.

Mejor da la vuelta,
olvidémoslo todo.
Rindámonos a tiempo
doblando el cuerpo frente a la evidencia:

que el amor a veces es sólo sexo y cariño,
que el amor a veces es estar en el sitio adecuado en el momento preciso
como los besos que gustan,
como las historias que comienzan y terminan con un poema.

Y es que esas son, sin duda, las mejores historias.

Me marcho a casa.
Es la última vez que te lo pido.



Game over the bridge



Hastaelfiltro.

Suena a paja seca
el cigarro aplastado en el cenicero.
Cé más erre más jota.

Puedes encender otro si quieres.
Sí, quiero.

Nunca hay bastante.
“Más vale que sobre que no que falte”,
decían en el paupérrimo antaño.

“Qué tiempos aquellos
los de la avaricia”,
dirán mis nietos.
La presidenta de la tercera república española
sabrá de lo que hablaban sus padres.

¡Más madera!
Para plantar y no quemar.

Ese más hache más tú.
Es igual a vida.

Qué mala soy en matemáticas.
Aunque las letras se sumen
resten
multipliquen
alrededor de mis segundos
como números que obviar
en el tren de la bruja.

Mascarilla
más barata
para disfraz
dedomingo
dedoeterno,

norte tierno,

puño hendido,

barro magno.

Uve más zeta más ubre.

Bebo leche humana:

de mujer, me gusta

de hombre, me mira.
Pé más o más, más...

La tuya me trae de calle.

Y quiero ser nueva
para mostrarte otro camino
casi igual al que mamas.

Los dos bebemos del mismo pezón.
Somos borrachos
pero mi lengua es más larga.

Qué mal lo hago...
casi tanto como tú.

Pero soy digna,
tengo orgullo
y fabrico seda
en una caja de zapatos
sólo en verano
como cualquier buen capullo.

Ay ay!
me gusta tu cima.

Si fuera una mountainbike
me correría en tu piedra
dura y salvaje
como niña sin colegio.

Voy a por agua
glup más sed más traga.
Tráquea fresca del camino.

Quisiera ser la chica de tus sueños
sex más ten más gira.

Calculo que llego.
Un poco más.
Oxida.

Soy de latón.
Latón con pelo.


Ichaurines


Como bien se dice en tu idioma, hoy es un “día nublado”,
o día triste, o como quiera que quieras llamarle,
de todas formas:
hoy es el día de la decisión.

Siempre me gustó ser dramática, o como bien se dice en tu idioma,
“la que se come su corazón”, la sinvergüenza que inventa las reglas
según le convenga.
Y hoy me conviene, vaya si me conviene,
usar el día nublado para decirte adiós,
comerme el corazón
y tirar para adeante como siempre he hecho
con tan buen resultado.

Brillante, tengo un plan brillante.
Adiós corazones.
Adiós nubes.
Todo de una.
Cazadora de pájaros, me dirán por el camino.


Juntas

Aún sigo mirando el reloj en horas capicúa.
Hay algo especial en ser.
Soy, siendo.
Hay algo especial en la palabra.
Y vuelvo a casa sola pero me siento llena.
Vuelvo a casa llena pero no deseo más de lo que tengo en el bolsillo.
Suficiente, digo suficiente.
Cuando vierten vino en mi copa,
cuando me dicen “guapa” por la calle,
cuando creo que ya sé todo de la vida,
cuando renazco como mosca en verano.
24 horas de aire y engullo tu veneno.
Aprendí a escupir el mío.
Sí, soy inmune.
Ya no confio en el instante
aunque mantenga la fe.
Fe de erratas.
Rata polizón en la cubierta del velero.
¿Dónde sopla en viento?,
“allá donde pesquen vida”.
Quitaré la espina tal vez,
quitaré mi espina.
Esa que mantiene erguida
el dorso del momento.
Erección perenne
la que me invita
a tomar copas contigo
y ser mi mejor amiga.
Tengo un bicho dentro
que pica y se rasca solo.
Tengo la solución
en el mismo paquete 2x1.
Líneas cortas.
Punto y seguido.
Aún sigo mirando el reloj en horas capicúa.
Aún me gusta hurgar en la nariz
sin pensar en lo pendiente.
Y olvidar el “mañana y allí”,
como me follo el “aquí y ahora”.
Mira,
Son las 03.30 y estás preciosa.
Da igual qué escribas.
Lo que importa es cómo lo leas.
Si quieres, lo hacemos en voz alta.
Juntitas. Con diminutivos tontos y a la vez.
Una,
dos
y
tres.



La casa del sol


Carreras de caracoles.
Todas dejan rastro.

Quiero la paciencia,
la meta,
la saliva.

Quiero los harapos,
el lujo,
soñar viva.

Con la casa a cuestas.
Paredes vivalvas
que se abren y se cierran
al compás del mar cantando.

Caracol bajo la lluvia
comiendo barro.

Que no se pierda el rastro
que deja en el camino.

Porque retornar a la fuente
siempre será la meta.
La meta de aquel que no olvida lo vivido.

Moluscos pensando
se bañan al sol de mi piel que suda.



Insoportable este limbo

La necesidad no es amor.
La dependencia no es amor.
El miedo no es amor

La rabia no es amor.
La inseguridad tampoco
ni es amor lo incompleto,

Pero yo te quiero.

Y que nadie me diga
que mi dependencia,
mi necesidad,
mi rabia,
mi inseguridad,
mi alma incompleta
no está hambrienta de ti
porque mentirá tanto como yo
cuando te digo
“pasemos la vida juntos”.


Limosna vaginal

Pero si ya ves, cabrón
cómo no te pido nada
cómo permanece la calle desierta
y aún con todo continúo constante,
tranquila,
sabiendo que el tiempo pone a cada uno en su sitio
y a ti en mi cama

ya lo ves, comedor del corazón
cómo la noche es el estómago de todo
de mi sexo
de mi lengua
y que sigue la calle vacía y que sigo sin pedirte nada
sólo aquello que quieras darme como limosna sin condón
aquello que predico desde la guardería
y ya después de la universidad
amar amar amar
todo lo que me reste de vida.



Mharía

“Podría”...

Y es que me encanta el condicional.
Es el tiempo verbal de los sueños.
El momento abstracto donde imaginar
que eres otra,
que tu vida son mil vidas,
que quieres y puedes
“o querrías y podrías”,
ser tantas y tan buenas,
la mejor y la más justa.

“Haría”
rimando con “María”.

Me haría la tonta si no tuviera un coño sapientísimo
cubierto de heridas y llagas iluminando
cual llama de cirio erguido,
hasta el último rincón de mi diario.

El presente es tan sabio
que se toma todo el pasado para dar consejos.
El futuro no existe y quien diga lo contrario
sólo puede ser mujer.

El condicional es de los míos.
De los que lo quieren todo.
De las vidas rápidas
soñadas en el tren.

El condicional es la inyección sin espacio,
los hijos deshechos por la regla del mes,
la enfermedad que nunca tuviste
o podrías tener,
como el novio perfecto,
o la operación estética-improbable,
como una puntita más de speed
atravesando el túnel de la fosa nasal,
hasta la decadencia de lo posible.
La decadencia que no llega,
o llegaría,
si no fueramos aún demasiado jóvenes
para dejar de saltar como monas
en este espacio triste
que nos llama diosas del vacío.

Me gustan las tigresas.
Y las rayas pintadas en su piel de tigre vaginal.

Podría
Escribir cosas más cortas.
Esperar que alguien me entienda
o diga, “sí, sé de lo que habla esta chica”,
si no fuera porque no espero nada
ni a nadie que no sea yo
entrando por la puerta con una exclamación
de victora en los labios.
Con un “¡já!, te lo dije”,
directo a mi misma.
Clavado justo en el centro de la diana.

Vámonos,
es hora de filmarnos a oscuras.

Sólo tú sabes dónde estás tocando.
Qué sinfonía extraña,
la de ser hombre y mujer
a la vez en la cama.




Mi diosa soy yo

Sé que tengo algo
mezcla de puro y virginal escondido entre las piernas
algo que huele incluso fuera de mi cuerpo,
que expele un aroma reconocible a simple vista,
un infiltrado que se disfraza mal en la duda de mi cuerpo
en la fiesta con temblores de creer y compartir.

Sé que tengo algo de ancestral
en el lecho de la diosa,
Como el secreto desconocido
que mantiene su esencia
precisamente en la ignorancia

ignorancia bella
bella blancura
blanco maduro
que dure en mi vida

La llamada de la perfección
comienza en el vórtice de la piel
y tú sólo eres una brecha
que me pule en el camino.



Mi moto alpina derapante


Tu polla es mi polla favorita.
Es que aquí, no encuentro otras.
Al menos otras que me apetezca mimar
como es el caso de tu pequeño pene.
Otras que sean discretas y limpias,
qué dos grandes cualidades para una polla
sin hablar del color, del grosor o del tamaño.

Me gustas tú. Pero más me gusta tu juguete de carne,
es la cara oscura que en realidad más me excita de ti.
Más que tu barriga de treintañero
o tu lunar, o tus rizos en el pelo.
Mejor no hablo de tu forma de ser o tu carácter.
Mejor sólo juzgo tu sexo:
Él me gusta. A ti te odio.

¿Sabías que el odio no es el antónimo del amor?
El verdadero antónimo del amor es el asco.

Y cómo me gusta sentir tu polla entre mis piernas
cuando te digo
“olvídame y dejémoslo para mañana”.


Monotema

Terminado el plato
sólo queda limpiar los restos.
Trozos de comida usada.
Voy a exterminar a la familia de bacterias
que vive en el fregadero de mi cocina.
“¿Serán felices?”, se pregunta el trapo.


Mujer de una en una

Al final lo que más agradezco es quedarme sola.
Al principio me da un poco de pena pensar
“joder, es sábado por la noche y aquí estoy yo,
con mi cubata a medias pensando a quién llamar para pasar el rato”.
Pero en realidad lo que más agradezco es quedarme sola
como ahora.
Sola con mi teclado, con mi cubata,
siendo lo que de verdad ansío ser:
libre.


Nar

A veces soy como el fuego:
útil,
básica,
fuente de vida templando el cuerpo.

El fuego.
El elemento indomable
puesto al servicio del hombre
para el placer de los sentidos.

Hermano en una cueva,
invisible en Babilón,
nimio como el que nace al prender una cerilla.

Y es que de imprescindible a banal
sólo hay un paso tuerto.

Cómo distinguir entre
el mono del fumador
buscando mechero en el bolsillo,
entre el carbón latente
que espera la hoguera
o la mecha que se extiende en tu cama
cuando me meto en ella
toda llena de llamas y aroma.

Huele a humo si me tocas.
Después,
sólo serás ceniza.



Pavor

¡Cuántas hogueras de San Juan deberán pasar
para quemar la papeleta que reza miedo de una vez por todas!
“Miedo”.
Es lo que deseo ahuyentar.
Pero por más que lo reescribo sobre la celulosa trémula,
por más que lo releo una y otra vez en voz alta
y le prendo candela como santera cubana en pleno ritual,
no me desligo de su abrazo.
No me lo quito de encima
como si fuera un amante celoso,
como si fuera yo misma y mis celos,
persiguiéndome descalza por toda la ciudad
gritando tras mis pasos:
“ámame y no me dejes nunca”.

Quizá sea eso mismo lo que deba plantearme
y esta vez en serio:
amar para dejar en libertad.


Preñada

No puedo parar.
A veces es tan natural
tan onírico,
tan bello.
Que es mejor dejar de buscar un sentido
y disfrutar,
escribir,
con el silencio interno
como banda sonora.
Dar por sentado
que todo nace del útero
como las palabras de los dedos
nace nace nace
brota brota brota
de lo humano o la semilla

todo crece hacia arriba
como el curso natural del cielo
que llega tan alto que termina por regresar a la tierra.

El hades no deja de ser primo de neptuno
y neptuno sigue creyendo ser padre de zeus
aunque este sólo sea un tío lejano
que sale en las revistas del corazón
diciendo follarse a todas las diosas del olimpo.

Vaya melrous place
que tenemos aquí montado.

Y digo que quizá
sería mejor
ser hippie siempre.
Hacer lo que nos salga del coño
desnudas.

Sin nudos.

Eso es lo que quería decir
y no salía de mi boca.
Que te quiero
a mi lado
por siempre
un ratito.
Que te pongas
un condón
de lana
que hace frío,
cabrón
y creo que no soy
estéril.


Si fuera


Yo sería una de esas viejas que por no soportar la soledad
hablan solas, tienen mil gatos, y beben whisky a palo seco
creyendo creer que es té con limón
mientras observan por detrás de los visillos
la vida que a ellas mismas se les escapa
tras cipreses malditos
y paseos de adolescente al caer la tarde.

Sí. Seguro.Yo sería una de esas si no tuviera a nadie.

27 agosto 2009

el gran mordisco

"Me fascinan las cosas de los dientes. La boca es el lugar de las palabras, el lugar de lo más evolucionado del pensamiento. Y dentro de un instrumento tan civilizado están los dientes, que son tan brutales y tan salvajes".
(Lucrecia Martel)


Esta tarde me he quedado totalmente dormida en la tarba y he tenido un sueño bastante desagradable. Como suele pasar con los sueños complejos y escurridizos, ahora no recuerdo bien qué sucedía, con quién estaba o porque llegué a esa escalera de incendios al más puro estilo newyorkino. Había una persecución de por medio, algo muy común en mis sueños, pero esta vez, no era yo la perseguida sino la encargada de desvelar la identidad de un misterioso chico en una fotografía. Un chico que conocí hace unos años y al que hace otros tantos que no veo. Realmente no entiendo por qué ha aparecido esta persona en mi subconsciente. Puede que sea porque aunque cuando nos conocimos parecía que había algo especial entre los dos, en realidad jamás llegó a suceder nada, o bien porque ambos compartimos el mismo apellido. Quién sabe. Con las cosas de los sueños es difícil dar algo por sentado. De todas formas, aunque este tío haya sido el protagonista de mi película onírica de la siesta, no es la clave central de la movida. A ver. Resulta que me encontraba en el piso de un fotógrafo-detective que vivía en el mismo edificio que yo. Como ya he dicho, un edificio con escalera de incendios hollywoodiense de varios pisos, muy fashion todo. El caso es que estaba con una especie de compañero de piso, cuya cara no recuerdo, que me hacía el favor de acompañarme a casa del fotógrafo en cuestión a reconocer un rostro en una fotografía. En ella aparecía la calle de una ciudad grande y cosmopolita, y en medio de la gente destacaba un chaval moreno con perfil exótico como si fuera una especie de indio nativo americano. Era el chico este, Javi se llamaba. Había varias fotografías suyas y el fotógrafo me pidió que las revisara varias veces hasta estar segura de que le conocía. Era él, sin duda. De repente, y no sé a santo de qué, parecía que tenía que ayudar al fotógrafo a encontrarle. Ahora viene la parte paranoia del sueño: en cuanto me puse manos a la obra, nada más salir por la puerta de la onírica habitación junto con mi compañero de piso, se me empezaban a caer los dientes. De repente notaba un molesto trocito duro, como una piedra cortante en la boca y descubría que era un diente. Después de ese, comenzaban a caer más trocitos y más rápidamente, hasta que terminaba escupiendo en las manos varios pedazos y perdía en total como 5 muelas y un colmillo. Qué chungo.
Ya es la segunda vez que sueño algo relacionado con los dientes. La primera vez me crecían, ahora los pierdo. Me he puesto a mirar por internet qué significa esto, a pesar de que tengo un amigo muy versado en estos temas que me dice que eso es una tontería porque por internet no tienen ni idea y todos esos libros de significado de sueños son una falacia. Él considera que cada uno tiene que comunicarse individualmente con el sueño para extraer su propia enseñanza. Yo he intentado hacer las dos cosas porque la verdad es que ha sido súper intenso y me he levantado con una sensación muy pesada y extraña como para olvidarla sin más. Según la pérfida opinión del todopoderoso internet, soñar con que se me caen los dientes tiene que ver con que me siento insegura o con la pérdida de un ser querido. En este momento, ambas opciones son más que ciertas. Bien por Google.
Por mi parte, yo creo tiene que ver con la búsqueda de siempre. Con mi búsqueda y sus obstáculos. Suelo soñar con que busco algo o a alguien o bien que me persiguen, persiguen, persiguen… Es un agobio, la verdad. Y es que últimamente mi búsqueda está siendo muy intensa y por momentos, sin sentido, por no empezar a hablar de los obstáculos. Según el sueño busco algo que conozco superficialmente (como puede ser Javi, un chico con el que apenas quedé un par de veces para echar unas cañas), pero no tengo dientes para iniciar la expedición. No sé cómo hacerlo. Bueno, nadie nace enseñado. A pesar de las lecturas negativas que se le puedan hacer a esta fantasía hay algo que tengo claro y es que siempre hay que ser optimista. A veces las cosas no nos van tan bien como nos gustaría, pero yo al menos no puedo quejarme de nada. Que se caigan los dientes si quieren. Habrá que seguir comiendo, ¿no?. A lo mejor me hago vampiro y se me quita definitivamente el problema...

17 agosto 2009

A bocados

Hoy voy a hablar de la capacidad de adaptación del ser humano. De cómo las células se disfrazan según los estímulos recibidos, cómo cambia todo por dentro aunque por fuera continúen perpetuándose las mismas sonrisas, el parpadeo inmanente de la mirada, el poner un pie delante del otro para avanzar. La personalidad es un ser extraño y complejo que habita dentro de cada una de nosotras. Es un caldero hirviendo en el estómago que alimentamos con la experiencia diaria, echando dentro de su barriga humeante los papeles del trabajo, el café de por la tarde, el abrazo que nos dieron justo antes de entrar al cine. Todo eso se cuece ahí, en nuestra marmita de barro estomacal. Después, todo depende del fuego con el que se cocine, de en qué estado se encuentre la madera y si logramos hacer una buena fogata o no. Las ciudades que visitamos, los libros que leemos, las personas que se cruzan y se chocan a lo largo y ancho de nuestro camino son eso, leña. Nuestra leña particular.

“¡Más madera!”, gritaban los hermanos Marx desde el tren. A veces no todo depende de las ganas que se tengan de hacer algo. A veces hay que encontrar la situación indicada, el momento oportuno, el aquí y ahora en el trampolín. De repente un día la hoguera se enciende y ya no puedes hacer nada. Sólo queda hervirse por dentro alterando química y emocionalmente las experiencias acumuladas en la olla como si fueran una colección de trozos de realidad confusa.

Cuando el caldo comienza a borbotar, se produce el milagro. Es entonces cuando las volutas de humo nuevo ascienden y se deslizan por nuestras venas llevando sabores desconocidos de nosotras mismas a todos los huecos del cuerpo. La personalidad es un ser extraño y complejo que cambia y se perfila con la hoguera de nuestro entorno. De repente un día salta una chispa y las ramas comienzan a arder inevitablemente terminando de cocer esa otra “yo” que dormitaba en el fondo de nuestra sopa sin querer salir.

En los últimos días ha habido una gran hoguera en mi cuerpo y ha salido de mi caldero de bruja buena otra yo distinta, que alzándose elegantemente de su cápsula viscosa, me ha dado la mano para continuar a mi lado el resto del camino. Y sé que todavía hay muchas más adormiladas dentro, esperando a que alcance el punto de cocción justo para, por fin, alzarse ellas también de sus crisálidas de vida latente.

Por eso, hoy estoy decidida a proseguir la búsqueda, a continuar llenándome la barriga de todo aquello que pueda extraer del entorno, como si la vida fuera, según sale en los anuncios de la tele, una naranja madura que hay que exprimir. Estoy decidida a potenciar el impulso de exploradora que me delata como cazadora ante el mundo.

Quiero dejar patente mi objetivo, el que mejor me define como cuerpo y alma: conocer más, desear menos, amar sin barreras.

Estoy en el camino de la plenitud. Arañando la puerta de mi casa con la fuerza de las caricias. Quiero más y mejor. Quiero ser... y estoy siendo.

15 agosto 2009

todas las mujeres llenas

Adelante, Amazonas

todas a una y todas conmigo.

Busquemos

refugio

hasta que amaine el temporal.



Mañana todo será distinto.



Mañana tantearemos otra fuerza

otra vía para mantener la tensión de los arcos

para no dejarnos morir de pena

por los bordes del camino,

por el manto de la estepa

sin caza ni aflicciones.



Adelante amazonas,

venid a mi que os necesito.

Sed mi caballero errante,

mi rey de ningún sitio,

Sed como yo: todos los hombres de la tierra.



Voy a parir mi voluntad de mujer

Ahora que me he vuelto hermafrodita.

ser o no ser

Soy una caja de amor. Un párking lleno. Soy la playa vacía.

Soy un experimento con tetas. El odio infinito, la batidora del corazón.

Me duele por dentro y me río por fuera.

Soy una actriz, me dice quien me quiere a ratos y por cortesía.

Soy sensible para mi y el hielo que me quema.

Soy sucia y parásito en mi cuerpo.

Quizá el ángel que vuela a mediodía, el demonio de lo oscuro.

Siempre una puerta sin llave: abierta estoy, paredes tengo.


Soy nada. Arena y espíritu.

Mitad ausente con gafas de heroína.

Mitad libre atada a tu cuerpo.


Soy quien no sabe responder. La pesada que pregunta tonterías.

Abono para el amor cojo, soy la violencia del sexo con prisa.


Soy mi mejor amiga, la verdugo que se viste de cuero,

La puta sin carmín, el cura de la iglesia.


Y a veces no soy yo, sino otra que detesto.

Y a veces no soy yo, sino otra que camina.

brutal amanecer

Crashhh...
Estoy abierta,
se rompió la crisálida.

Crashhh...
Está vivo,
se mueve y me mueve

me danza y me mira.

Crashhh...
que suena a cuarzo roto,
a ola rompiendo orillas,
a ecos de metal.

Que trae la verdad a cuestas
galopando en mis bolsillos rotos.

Por fin lo he descubierto:
no hay fronteras en el cuerpo.

Se rompen como el himen,
esa membrana que sólo desea dejar de existir,
que sólo quiere ser traspasada
para llegar más lejos de sí misma.

Membrana desbordada
y tumultos murmurando.

Allá donde voy todo el mundo debate en mi plaza:
"No vayas allí",
"hazlo así mejor",
"levantate y anda".

Pero yo sólo escucho el "crash",
el chasquido que me deja expuesta,
expuesta y expósita ante el balcón.

Sopla el viento por todas las rendijas.
Se cuela y me baña la casa,
la piel, el escenario.

Crashhh...
Cuánto plural en mis labios.
Labios de fresa madura
que me revientan en la cara

y hacen ruido al besar la nada,
el vacío joven que me llena.

09 julio 2009

Alhucemas


Aquí ando viviendo ahora. Ando, me siento, duermo, como, nado, (bailar bailo pero poco), me hablan, no oigo, sí escucho, cierro los ojos. Aún no he empezado a escribir. Primero hay que vivir para contarlo. No quería dejar este espacio vacío durante tanto tiempo así que voy a rellenar algo con la experiencia cotidiana. La que parece menos importante al acostarnos pero que, al fin y al cabo, configura lo que llamamos vida.

27 abril 2009

más sueños


Anoche soñé que me encontraba perdida en la jungla y que entre la maleza hallaba una casa medio derruida. Al cruzar la puerta carcomida me encontraba con un puma blanco entre las ruinas. No era peligroso, pero me rondaba entre curioso y atento. Luego aparecía mi hermano y me iba dando flores arrancadas de raíz que yo iba plantando en macetas sobre los alféizares de piedra rota. También estaba mi gata, pequeña y negra, contrastando con la blancura del puma.

26 abril 2009

amor hacia deltas mayores

Cuando me enamoro me pierdo.

Tenía un mapa grabado conmigo y para mi
pero se volantea con los sentidos,
se arrepiente con verdentiras.

Y ya sólo queda polvo, polvo amarillo
que landea los avernos,
mirando antílocas ruestes en mi mano.

La mano, esa ayudante inerme
de mi quéhacer
o laissez faire
de los ácratas gritando.

La mano.
Quién me dirá que no son golpes,
traqueteo vespertino
el que rompe el cerebro
para sacar con sangre los sueños que me tantean.

Cuando me enamoro me pierdo

Y la energía predispuesta
siempre dulciente,
siempre antitética
que soy sola,
se relampiña contra el cristal.

¡cuántos pedazos para contar
juegan, ahora, entre las piernas!

en otra vida de abundancia

Alguna vez fuimos guerreros tú y yo.
Cabalgamos parejos a ras de los pastos
dominando las mismas bestias,
recogiendo idénticas bayas.

Por eso luchamos con estas armas,
por eso sé dónde está tu herida
y por eso aún hurgas en la mía
como hormiga visceral.

21 abril 2009

surrealistic pillow

Este es el cuento que siempre quise contar:
el de cómo abrir madrigueras,
ser conejo despierto sin café,
y llegar por túneles y calaveras
a la resurrección a tiempo,
tan puntual como se espera.

Porque, a pesar de lo previsto,
de llevar un reloj gigante atado a la muñeca del útero,
llego tarde, tarde a todo
¡ay de los pasadizos,
de esta loca en el intestino imperfecto!

Érase una vez la bebida mágica
y el miedo como ente y apellido
al que invocar para enfrentarse

Ya miro fija-quieta mis pecados
acaricio su espalda.
Soy intuición hirviendo en el algodón del germinar.

De vez en cuando, surge un camino nuevo,
otra puerta de metal bajo la esponja de la rutina.
Si me bifurco, no habrá pesares
venid a mi,
que tanto me atiendo.

Si me hiciera pequeña en vez de grande,
si no leyera bien la etiqueta del envase
antes de bebérmelo (BÉBEME) y pagar la factura,
mi lengua seguiría intacta
porque mordería el músculo de los errores
encontrando así los aciertos
que sin pensar me hacen día a día.

Qué oscuro está todo aquí dentro
y qué luz más intensa atrás y adelante...
Se les llama luciérnagas
a los latidos del ahora.

01 marzo 2009

esperanza 360 grados

Será la primavera batiendo mis manzanas,
la sopa caliente que hierve ahora.
Zumo sobre aviso,
retomar la corriente.

Será la antípoda del otoño
(y los violines)
del antiestímulo fiel,
quien reverbere cual laringe
estas ondas imperfectas.

Verde que te quiero vida,
siempre acechando simiente.

28 febrero 2009

?


Cada centímetro de mi piel es una pieza de puzzle sin forma o sinuosa curva creando enigmas con punto y sombrero. Después de tantos años acostumbrándome a mi traje, a esta malla elástica con cierto aire rígido, no termino de sentirme cómoda en él. Un él femenino con rincones de rencor.
¿Cuál es la envidia de mis células y dónde empieza el parapente que me aleja de la carne? Trayendo fotogramas en un capazo a la cintura, repta bajo el puente mi triste perfil único.
Dejará de quemarme la torpeza, el traspiés del corazón, seguro, dejará de quemarme. Toda yo seré marfil calcinado del cual puedan surgir brotes. Los cerezos deben estar en flor y se ven tan lindos a lo lejos, como caducos a mi lado. Perenne pálpito, murmuran los duendes. Agilidad tierna para mi busto de baúl en llamas. Todo lo que puede admirarse de un vistazo, no deja de ser mitad belleza. Para llegar al fondo, desenterraré el miedo.
Tierra en la boca.
La verdadera armonía es lentitud a plazos.

25 febrero 2009

Huellas de Levita

La Poesía…

…Cuánta obra de arte… Ya no caben en el mundo… Hay que colgarlas fuera de las habitaciones… Cuánto libro… Cuánto librito… Quién es capaz de leerlos?… Si fueran comestibles… Si en una ola de gran apetito los hiciéramos ensalada, los picáramos, los aliñáramos… Ya no se puede más… Nos tienen hasta las coronillas… Se ahoga el mundo en la marea… Reverdy me decía: “Avisé al correo que no me los mandara. No podía abrirlos. No tenía sitio. Trepaban por los muros, temí una catástrofe, se desplomarían sobre mi cabeza… Todos conocen a Eliot… Antes de ser pintor, de dirigir teatros, de escribir luminosas críticas, leía mis versos… Yo me sentía halagado… Nadie los comprendía mejor… Hasta que un día comenzó a leerme los suyos y yo, egoístamente, corrí protestando: “no me los lea, no me los lea”… Me encerré en el baño, pero Eliot, a través de la puerta, me los leía… Me sentí muy triste… El poeta Frazer, de Escocia, estaba presente… Me increpó: “Por qué tratas así a Eliot?”… Le respondí: “No quiero perder mi lector. Lo he cultivado. Ha conocido hasta las arrugas de mi poesía… Tiene tanto talento… Puede hacer cuadros… Puede escribir ensayos… Pero quiero guardar este lector, conservarlo, regarlo como planta exótica… Tú no me comprendes, Frazer”… Porque la verdad, si esto sigue, los poetas publicarán sólo para otros poetas… Cada uno sacará un plaquette y la meterá en el bolsillo del otro… su poema… y lo dejará en el plato de otro… Quevedo lo dejó un día bajo la servilleta de un rey… eso sí valía la pena… O a pleno sol, la poesía en una plaza… O que los libros se desgasten, se despedacen en los dedos de la humana multitud… Pero esta publicación de poeta a poeta no me tienta, no me provoca, no me incita sino a emboscarme en la naturaleza, frente a una roca y a una ola, lejos de las editoriales, del papel impreso… La poesía ha perdido su vínculo con el lejano lector… Tiene que recobrarlo… Tiene que caminar en la oscuridad y encontrarse con el corazón del hombre, con los ojos de la mujer, con los desconocidos de las calles, de los que a cierta hora crepuscular, o en plena noche estrellada, necesitan aunque sea no más que un solo verso… Esa visita a lo imprevisto vale todo lo andado, todo lo leído, todo lo aprendido… Hay que perderse entre los que no conocemos para que de pronto recojan lo nuestro de la calle, de la arena, de las hojas caídas mil años en el mismo bosque… y tomen tiernamente ese objeto que hicimos nosotros… Sólo entonces seremos verdaderamente poetas… En ese objeto vivirá la poesía.
Pablo Neruda

Después de René Char


Escribiría en tu piel de lobo, sobre la huella virgen que persiguen mis uñas de diamante, haciendo de tu torso cascada de quimeras. Y así, dejaría que todo (tiempo, luchas, ánimas y ajuares) se derramara por esos caminos nuevos, despacio y en horizontal, hacia tus piernas.
Como con magia digital, bien podrían mis dedos, análogos y pobres transparentes, hundirse en el espacio para alcanzar tu cuerpo ahora. Y lo negro, lo oscuro que me bulle en las sienes, que no me deja oxígeno ni lápices, sería luz rozando tus mejillas.
Será lo que sea lejos de mis manos.

¿Cómo lo haré? ¿Sabrán responder mis músculos por inercia, se pelearán con la mente o quizá dejaré de ser materia (y materia gris) para volverme sólo amor? ¿Soñaré contigo, con tu carne de red? ¿Seré el pez que se ahogue dentro y fuera de ti?

Siempre hay un jardín cuando miro afuera. Todo es naturaleza programada, control de raíces, cálculo del pétalo ruborizando el riego al caer la tarde. Todo se mide ajeno y extraño en el vergel de mi curiosidad. Y quién es la tierra y quién la semilla. Cuál de las dos es más feliz por contener a la otra. ¿Acaso la felicidad tiene que atenerse a una maceta, al espacio de clausura hasta donde pueda crecer? ¿Tiene límites de barro cocido, de plástico, tal vez?.

La potencia hace enemigos y yo los labro con sonrisa inocente en disfraz de tirana. Castígame bajo la tormenta por ello. Me doblegaré como vértice de origami, seré harina y agua, posible homogénea de crema de cuerpo. Porque es así como me diluyo en todo, queriendo a golpes. Así como me atrevo en tu sabor, tragando sagrado, evitando herejías.

Sólo la pureza me mantiene en el hilo de Ariadna. Si sé que te sigo a través del laberinto que recorre mis temores, el horror que me brota lágrimas con husos de violencia. Así me bato en tu anzuelo de pez enamorado: porque creo en ti, porque creo en tu tierra. No concibo el espasmo, el ansia de la escama o esta cola de gelatina y sirena luchando si no es para herirme aún más en tu boca caliente. En tu boca que me espera.

09 enero 2009

el tacto es el primero de los sentidos

me rozas
con tu piel me rozas,
y aún más con tu voz ausente,
me rozas la sangre hirviendo,
la arteria servil,
todas estas venas llamando tu nombre

árame cada día
que soy surco yermo,
que soy tierra ingrata que olvida
tu tacto
a pesar de olerte en mis huecos,
en los resquicios de cuerpo sin agua
como la guarida que tengo
enredada en las ingles
donde percibo siempre tu vacío intacto,
la espalda de labriego que me cuida
para luego dejarme en barbecho de soledades

me rozas
con tu silencio me rozas,
y tan adentro me gime tu ausencia,
que hasta la nada duele,

hasta el sigilo tuyo,
esa omisión del querer
que me acaricia lejano,
que sólo sabe espiarme a medias
los escondites de polvo y sábanas
que en el fondo me forman

me rozas el espacio hueco,
me dueles con él
y a pesar de mi cáscara,
sigues doliendo

08 enero 2009

metales pesados

el orgullo es la más densa de las emociones
porque carece de manantial:
él sólo es fuente y cántaro al tiempo

se llena con rabia
se vacía con pena

hontanar del retorno,
¡todos los kilómetros que tengo que recorrer
para venir a llenarte
y luego te extingues por el camino
dejando a tu paso un ejército de bulbos fieles!

regar el ego
trae consigo avatares de escarmientos
y briznas verdeando la orilla

(o de todo se aprende)

la posada del cuerpo tras el valle

"Boca", Margarita Franco Samagustín

Sentir es un agravio de bocas grandes
sólo pidiendo

Si no pides pan ni peces,
tuyo será el reino de los cielos
y el estanque de corazón

Pasa, amor, por mi boca de piñones
que no quiero abrir del todo
por si las penas y las glorias
invaden mi lagar de lengua
para fermentar pasión con tino
y así matarme

Pasa, amor,
sin reposar en esta fonda que teme,
sin pedir vino ni nueces
a la mesonera del diván eterno

Sólo tengo ofrendas
en el libro de visitas
pero quisiera pactos en vez de flores
rubricando lo efímero

Quisiera desterrar el delantal
de la que sirve por honor
hacer de mi posada febril un castillo
donde sigan manando mis pechos
y pueda abrir la boca sin temor
a tragar lo dicho a plazos

Pasa, amor,
de puntillas sobre el parador de mi valle

doble o nada

el tiempo de las valientes
dirá quién tira la piedra,
quién recoge los pedazos
y cómo escapar a la injusticia de la piel

el tiempo, que tanto sobra
y que a veces, sólo como en ascensores,
se detiene a sí mismo
para carga y descarga de niebla cobarde

hay batallas que parecen guerras
cuando cosecho grava de resultados

y guerreras lanzando primeras flechas
hasta que sólo queda en pie
la última rostro pálido
cantando al sol sus dudas de sangre

adivina quién puede más:
la zozobra o el barquito azul,
mi lluvia o tu balsa llena.