13 julio 2006

Ítaca


Antes de iniciar un viaje siempre nos volvemos un poco niños, nos volcamos más hacia adentro. Quizá las expectativas o quizá las ganas de salir corriendo incluso sin maleta por la puerta camino de ninguna parte. Lo cierto es que lo desconocido genera una dulce ansiedad al viajero, un leve aire incierto que hace que el periplo perdure en nuestra memoria aún antes de haberlo iniciado.
Mañana me voy con un billete de ida a recorrer el verano y quiero dejar constancia de mi particular "momento niñez" antes de marcharme. Probablemente como prueba fehaciente de lo que está por ocurrir, evocando antiguos rituales de buen augurio para el peregrino.
Mañana empiezo algo que es nuevo y esa sensación de inquietud, aunque ya conocida, sigue sorprendiéndome con espontaneidad radiante. ¿Que qué espero conseguir? Mejor cuento a la vuelta qué es lo que he conseguido.

12 julio 2006

Diagonal que parte

Es curioso como la vida puede a veces darse la vuelta y descubrirte con la boca abierta ante la rapidez del devenir. Hoy he sido verdugo y víctima en dos camas. He vivido en mi boca el sabor agridulce-desencanto de ser creación y autora.
Él me ata al somier y él me quiere dejar libre, pero ninguno de los dos sabe ser el otro a tiempo. Ninguno me deshace como hielo en plato, lista para ser comida de hienas. Y, mientras, yo soy verdugo y víctima llorando en ambos papeles. Como en una película sin presupuesto en la que debo estirarme para abarcar todo el reparto.
Camas vacías con dos. Ironía del desamor herido y de aquel "posible futuro" que no se sabe si llegará. Pero no me puedo quitar de la cabeza sus ojos de agua. Y mucho menos enterrar el pasado.

11 julio 2006

Trees Te

¿Y qué pasa si no quiero morderme la lengua?
¿Si sólo quiero morder la tuya?

No puedo desmentir miradas que son reales, pero puedo hacerme pequeña, muy pequeña y esconderme de ti porque soy frágil. Porque mi diminuta dictadora de papel me obliga desde dentro a no morderte, a no arañarte, a no quererte. Da órdenes desde un púlpito de sangre "no bebas más de esos ojos, huye". Y ahora me das miedo y no te puedo rozar.

CaLoR

Lo que más duele es que me duelas. Que al entrar y salir de mi vida, en un fugaz intento de actor secundario, te quedes dentro recordándome que sigues ahí.
Lo que más duele es saber que me duele, que quisiera por un momento convertirme en verdera directora de mi vida y de la tuya. Sin derechos de autor ni cláusulas de conciencia. Me duele la vulnerabilidad de una cama vacía con dos personas, la indolencia de sábanas azules llenas de verano. Calor y despertarme a tu lado sin ti.
El peso de las lágrimas se vuelve insoportable a veces. Se convierten en piedras (vulgares o preciosas) incapaces de sostenerse en las pestañas...

09 julio 2006

vacuo


echar de menos la casa por la ventana
vivir sin sillas
sólo con-suelo

echar de menos desprender algo
echar de menos añorar nada

balcón abierto
manos arriba
lánzame al cielo

¿puedo ser capaz de andar por mi espalda?

08 julio 2006

manos-tierra

Quiero reinventarme solo con las manos
Las mismas que hacen pan en silencio pidiendo fuego sin palabras
Pacientes mirando al cielo
Descenso de piel en pedazos

Quiero en primera persona
vivir de nosotros siempre

Recoger ceniza olvidada y el poso de noches enteras en un vaso, pendientes de abrazos limpios

Que mis manos sean lienzo y paleta: mezcla sobria o liquido infinito.
Sólo así, entre uña y carne, puedo organizar lo ilegible

Quiero reinventar el modo de ser tierra
La sórdida postura de la vida al ver la luz y los ojos de quien me mira: tus ojos de ahora

Si acaso tú fueras mis manos, ¿qué querrías tocar por primera vez?
Yo pido la palabra eterna
La constante sensación de lenguas y límites
Hervir sola recetas tristes

Pido para mi la fértil aventura de soñarse estéril e inmune
Tierra sin manos, tierra yerma que brota
Pido con el cuerpo lo que no me dejan gritar las palabras

Salto a la histeria de un mar en calma

Apolíneo


Cuando camino por los pasillos de mármol,
el suelo y la piel desgarran gritos
camino con los pies y con los dedos de las manos

camino con labios redondas lenguas
y entre las baldosas, sábanas tibias
Cuando elijo arañar sin prisa,
pequeñas grietas de mármol
nudo que no ata, fuerza que no duele
y entre el aire herido nado
goteo de sudor humilde
Cuando se me escapa una sonrisa
es porque bebo en tu leve mármol
porque comprendo mejor los segundos si los desecho a tu lado
lentitud latitud lateral
no soy menos piedra por añorar tus hombros

Momento solitarios

"Me asustan sus ojos. Me dan miedo. Cuando me mira no puedo ni respirar así que es imposible lo que me estás pidiendo. No soy capaz de acercarme a él para preguntarle siquiera la hora, ¿cómo quieres que vaya ahí, junto a sus ojos, con aire resuelto a pedirle que me invite a un café? ¿Acaso crees que las cosas son así de fáciles? Mira que eres ingenua... ¿Y si me acerco y justo al llegar tropiezo y me caigo sobre él o, peor aún, sobre su caja de pinturas? Seguro que no le hacía nada de gracia levantar los ojos de acero y ver que sus óleos habían sido echados a perder por una torpe como yo... Mírale, ahí sentado, tan tranquilo, sin saber que alguien está aquí tomando un café en esta terraza pensando en el modo de acercarse a su lado y pedirle el nombre. No puedo ir hacia allí sin más rompiendo su silencio. Él está concentrado en su lienzo y sus pinturas y sus atardeceres. Yo en mi café y mi libro. Hablando sola con varias “yos” que me hacen compañía cuando no sé qué quiero y cuando lo sé con creces.
¿Pero cómo pretendes que me acerque así sin más, sin ofrecer nada a cambio, sólo robando tiempo y luz? Me resulta absurdo interrumpirle para dedicarme a balbucear palabras que no llevan a ninguna parte. Si al menos tuviera algo, algún pincel sin usar en el bolso o alguna excusa para acercarme a mirar qué es lo que está pintando... Pero la única excusa que tengo es querer romper momentos para crear nuevos. Mejor le dejo en su momento único. Mejor no me asusto con sus ojos.
Los tiene azules, por cierto. Tan azules que parecen de agua. Son aterradores."

Espejito, espejito...

Para aprender a girar sólo necesitas tener verdaderas ganas de hacerlo y un espejo. Puedes emplear el espejo que quieras. Cualquier reflejo vale. Yo, para empezar, compré uno espejito en los chinos de abajo de mi casa (vulgarmente conocidas como tiendas de TODOa100). Era muy bonito, redondo y rojo como una pelota presumida. Cabía en la palma de mi mano. Era el espejo perfecto para empezar a girar en cualquier parte del mundo. Era tan bonito que cuando fui preguntar su precio a la dependienta mexicana del chino, me dijo que por tener tan buen gusto me lo regalaba.
Así que salí a la calle con mi espejito y una sonrisa doble muy dispuesta a girar con todos los reflejos-sorpresa que se me cruzaran por el camino.
Como te decía, girar es algo bien sencillo pero es muy importante estar atentos. Coloca el espejo a la altura de los ojos y mira bien su interior. No puedes distraerte ni un segundo y sobre todo es imprescindible no parpadear. Si eres paciente y tu deseo es constante las sombras no tardarán en aparecer por tus pupilas. Primero son como leves brumas naciendo en el fondo de los ojos. La primera vez que las vi pensé que eran fantasmas negros por su forma de bailar entre sí dentro de mi globo ocular. Sin embargo, a medida que su imagen se aclaraba en el espejo me di cuenta de que además de negros, eran felices.
Los fantasmas negros felices empezarán rápidamente a crecer a fuerza de comerse unos a otros y pronto te invadirá el primer nivel del giro. Tranquilo, sabrás perfectamente cuando has llegado a ese nivel porque en el preciso momento en que los fantasmas lo envuelvan todo empezarás a ver el mundo con colores invertidos. Ya estás a punto de girar, ¿no te resulta emocionante?
A partir de aquí ya no necesitas el espejo. Envuélvelo en un trozo de tela blanca y guárdalo en tu bolsillo. Ahora tienes que empezar a caminar del revés pero sigue tranquilo porque eso no te va a parecer nada difícil. Ten en cuenta que en este nivel ya estás mirando del revés. Sé que te vas a sorprender de lo sorprendentemente fácil que es caminar de espaldas cuando tus fantasmas miran de frente. No te va a costar esfuerzo, puedes incluso correr más rápido de este modo y, desde luego, es imposible que te tropieces puesto que tu ojos ahora abarcan 360 grados. ¿A que es genial?
Sólo te queda disfrutar de este nuevo punto de vista, de colores nuevos, de formas que no son ni redondas ni cuadradas. De líneas huecas y de líneas hinchadas. Disfruta viéndote a ti mismo desde fuera y desde dentro. Puedes salir de tu cuerpo si quieres, pero mejor no te voy a contar el secreto porque es más divertido que lo descubras por ti mismo... Oye, por cierto, ¿a ti no te gustaría volar?