26 febrero 2007

sinestesia

A veces la música se puede tocar y se convierte en materia que envuelve alrededor. Ahora mismo estoy acariciando una canción tan sólo con escucharla. las notas de la guitarra se han vestido con la piel que añoro y se tumban aquí, a mi lado. Las veo salir del altavoz siendo azules y, a medida que danzan a mi alrededor, se transforman en su cuerpo, tierno y quedo, para ir a caer sobre el colchón como sonido y beso a un tiempo. A veces la música se puede tocar y duele más siendo carne, recordando que es sólo un recuerdo.

4 comentarios:

boavida dijo...

Es curioso como la musica para los que hacemos de ella un elemento indispensable, nos acompaña en todos los estados de animo, evocando cosas buenas y no tan buenas hasta convertirse en melodías que casi pueden acariciarse como a una persona... por ciert eran notas de Jose Gonzalez las que acariciabas?

Levita dijo...

¿Y qué hay del silencio?

GiraLima dijo...

jeje, sí, era josé gonzález... y respecto al silencio, a veces la mejor música está dentro de nuestra cabeza. besicos

Anónimo dijo...

La verdad es que aunque solamente sea un recuerdo o un deseo, el abrazo que puede dar la música es genial...