31 enero 2007

Malditos exámanes

cosas que deberían inventarse en este mismo instante

-Aprender sin estudiar, vía intravenosa
-Leer la mente con un microchip invisible
-Que la nevera se llene sola y prepare manjares
-El teletransporte de besos

30 enero 2007

mayoría absoluta


pedazos de colores en la caja de zapatos
ya no hay puerta, no hay ventanas: se han caído las paredes
y ahora, sola y montaña rusa
paseando vértigo cándido

perdí el tacto en las heridas
rocé la quiebra con las manos
y ahora, sola y montaña rusa
regalando fósforo de un día

pedazos de colores en la caja de zapatos
el sabor más intenso en mi mente
siente el carril, cada vez más dúctil
bajo mi suave mando de acero

29 enero 2007

atalaya sinabrigo

atalaya se presenta con el sombrero en la mano. se levanta lentamente de la silla y se sitúa, temblorosa, en el centro del círculo. "me llamo atalaya y soy ludópata". los demás la miran con indiferencia asumida, "otra ludópata suelta por el mundo", y siguen cada uno pensando en sus cosas. ella se retira con su sombrero sobre sus pasos de botas rojas de goma. se vuelve a sentar en la silla. suspira. al fin y al cabo no ha sido para tanto. del bolsillo de la chaqueta saca una pequeña bolsita de plástico y se lleva a la boca una gominola verde. merecido premio. las gominolas nunca fallan: siempre son dulces suceda lo que suceda a su alrededor. una vez, de niña, una compañera del colegio robó un puñado de ellas en el kiosco de la señora rosa y le dió unas pocas. ambas se las llevaron rápidamente a la boca, eliminando de un bocado las pruebas del delito. atalaya sentía que a pesar del dulce en su lengua, eso estaba mal y no pudo evitar la sensación de culpa a medida que se deshacían los rojos, los amarillos y los violetas entre los dientes. aquella noche soñó que una piruleta gigante con la cabeza de la señora rosa le extraía las gominolas del estómago con unas tenazas.

28 enero 2007

retales

Muerde el polvo. Ya había olvidado el olor ajeno que el sexo vacío impregna en las sábanas. El sabor del tacto novel se había adormilado en el cuarto oscuro de los castigos y durante un tiempo creyó totalmente desterrada de su vida la caricia que no aprende; la que tampoco exige. Sin embargo, aquella mañana, bajo el despertar tembloroso del abrazo virgen, sintió de nuevo el orgasmo anónimo sobre muslos extraños y prometió no creerse nunca más estatua en el camino. Minutos más tarde, mientras cavilaba bajo el agua de la ducha, no podía evitar sonreír ante su propio cuento. Caemos en la trampa de lo inevitable como gotas en un lago, predestinados a licuar los pecados una vez cometidos, a fundir nuestros capítulos en un solo libro apestando a coherencia...

27 enero 2007

heartbeats

hoy siento tu ausencia hiriente de aguja sin hilo
coser mis pedazos que añoran

hoy soy canción que muerde al borde
porque tu niebla gira en mi mano
y es esfera que no abraza

lenta como crecer de hierba
como piel que renace
diluyo las aristas de tu cuerpo
en cada esquina que acecha

25 enero 2007

voces

de repente, como todas las cosas que de verdad te cambian la vida, la luz del final del túnel ahora es demasiado clara y sin embargo, parece que se esté alejando cada vez más...
-

ayer se me rompieron las sandalias cuando estaba volviendo a casa de la playa. La arena estaba ardiendo y por poco me quemo los pies. Qué daño. Aún me quema cuando me acuerdo. En ese momento pensé en que estaría bien que apareciera una mullida alfombra roja sobre la que pasearme elegantemente de camino a casa. Pero al parecer, es cierto que eso sólo ocurre en las películas. Justo al llegar al portal me encontré una bota de montaña tirada al lado del contenedor. Vaya mierda.
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Siento que he cambiado, de verdad. Hay algo que me dice que ya no soy el mismo, que el que está ahora aquí hablando con vosotros no es el que lo habría hecho hace, no sé... ¿pongamos un par de años? ¿Os estáis dando cuenta de qué significa esto? Hay cosas que de verdad cambian la vida, tíos. Hay cosas por las que uno es capaz de cambiar... Está decidido: voy a dejar el tabaco.
-
Esa mañana me levanté con unas ganas horribles de fumar. No tenía tabaco. El único resto de piti decente que encontré por la casa para llevarme a los labios estaba tirado en el sofá totalmente despedazado por la chinchilla. Las briznas de delicioso tabaco rubio yacían sobre el cubrecamas de una forma tan insultante que tuve que apartar los ojos para no llorar.
-
Creo que he empezado a odiar la música. Siempre fui descoordinada y un tanto arítmica. En las fiestas jamás bailé y me dedicaba a seguir el ritmo cabeceando ligeramente más por causa del alcohol que por necesidad de expresión corporal. La gente me preguntaba qué tal lo estás pasando, te gusta el sitio, muévete un poco, mujer, pero nada. Una vez lo intenté. El chico guapo con la copa azul me miró raro. No se despidió. Aquella noche dormí sola.

23 enero 2007

Ad Marginem

te escribo desde la primera mirada porque con ella se derramó toda la tinta que debo gastar, letra a letra, para dibujar tan sólo ese primer hielo de tus ojos en los míos. y sentir que el tiempo es marioneta girando en mi estómago, durmiéndose en medio de sueños contigo, que el alma es en verdad cuerpo y que la rompió un segundo de intuiciones.
te escribo desde la primera mirada, parábola de un beso. desde la primera vez que me quedé aletargada en tus brazos aspirando tu cuello y reconociendo tu olor como si en realidad fuera un recuerdo dormido en la memoria. memoria que en este instante escribe y evoca desdeñando las palabras porque comprende que no hay palabra posible que pueda describir tu tacto en simple papel. te escribo desde un vuelco de corazón asomado a la ventana, mirando verano y lunas, quererte y querer estar contigo.



inútil

22 enero 2007

compás

  1. sobre música que se hace carne
  2. empiezo a derretir notas
  3. y lenta porque estoy triste
  4. llamo al sueño con los dedos

16 enero 2007

Réquiem


déjame tratar de endulzar todos los momentos amargos
ser cristal que ilumine, a pesar de la niebla, huella feliz en la memoria

déjame ser sin miedo, ganar tierra en tu orilla
y vivir como azúcar del alma al borde de tu abrazo

14 enero 2007

3_ ...y promesas

Hay latidos que dicen que existe a medida que camino por la calle. Paso sí, paso no, la evidencia de su posible cercanía me mantiene alerta. A veces esos latidos, esperanzas permanentes, dejan de oírse y mi letanía deriva en llanto. Es la aguja en el pajar donde almaceno amores, donde cosecho alegrías arañadas a fuerza de trepar por labios. Sin embargo, ese palpitar del verbo no se extingue ni se pierde. Sigue siendo fuerza última en mi camino.

2_ encuentros


El día que le conocí me robó el reloj. No fue un robo sutil precisamente. Siempre supe que era un ladrón porque yo misma le vi entrar y coger el reloj de mi escondite con sus propias manos. Se lo guardó bajo la piel y desde entonces me dirige en silencio, sólo con los ojos redondos. Cuando quiere detiene el tiempo en mi boca, lo deja resbalar, líquido y dulce. Y podría desechar horas como pétalos a su lado. Otras veces, me hace ir rápido, me coge de la mano y echa a correr sin ni siquiera pensarlo. Me lleva de visita por su vida como si fuera un parque temático y yo sentada en el oscilante vagón observando su sonrisa de niño grande... Pero no me importa dejarle jugar con mi tiempo. La primera vez que le miré perdone ese pecado de antemano.

1_ pérdidas,

En los últimos meses empezó a convertirse en un fantasma para mi. Apenas le veía y su presencia difuminada en la memoria sólo servía para colorear una porción de años pasados como páginas enmohecidas de un libro. Él era el hueco completo, en ocasiones carente de sentido, que ocupaba ese vacío en mi recuerdo.
Ahora, meses más tarde, ya es completamente transparente. Se ha desdibujado con el tiempo por la falta de encuentros ocasionales o citas premeditadas. Si le viera por la calle a lo mejor incluso tardaría en reconocerle entre las brumas y es que ha goteado hasta el último suspiro a fuerza de extinguir las llamas. Sin embargo, cuando le siento tan distante, distancia mantenida a pulso, no puedo evitar lamentar la pérdida de esas páginas que alguna vez fueron reales y parte de mi sustento. La ausencia se repite fielmente y siempre genera la misma herida. Aunque sea causada por fantasmas que alguna vez decidieron morir y ser humo.