08 mayo 2010

frente a la playa

Todavía no he decidido si he regresado para olvidar o para recordarte. Porque todas las calles son tú o tú eres todos los rincones. Y mi sombra te acompaña o la tuya se detiene en los huecos y el vacío de estos pasos mudos de hoy, día de voto de silencio en la Barceloneta parlanchina.
Es un bálsamo el escuchar conversaciones ajenas mientras demasiados enamorados se descubren y pelean como hace no tanto tiempo tú y yo nos descubríamos y peleábamos en esta misma terraza, en Santa Marta, justo delante de todo lo feo y el mar.
Me han dicho que alguien me anda buscando y me ha parecido algo hermoso. Es una sensación que tranquiliza porque yo ya no quiero buscar más, que ya hurgué demasiado y demasiado mal en mil heridas de piel y llanto. Ahora prefiero que me busquen, que sean ellos los que se equivoquen o acierten conmigo. Los que me elijan, trabajen duro, los que sufran y me dejen.
No se está mal sola. Al menos cuando estás sola las palabras son palabras y sirven para algo. Nada más y nada menos que para lo que fueron inventadas: puro pragmatismo. “Quiero una cerveza y un sandwich de verduras, gracias”. Las palabras retornan a su origen en la soledad. Contigo eran lianas enmarañadas de una enredadera infinita. Por eso una frase llegaba a otra y moría en sí misma como un círculo de hojas verdes que me paseaban sin cesar. Ahora me llevan a algún lado, a un puerto discernible sólo con los ojos del corazón.
No sé si he regresado para olvidar o para recordarte. Hoy no hace ni frío ni calor en mis hombros que se tapan y desnudan al tiempo. Hace dos años de todo aquello y estoy celebrando nuestro aniversario de una forma entre dramática y patética. Tampoco busco nada moral, bueno o malo en pasear sin rumbo por aquellos escenarios de cartón piedra que acogieron nuestra leve e irreal historia.
Sentirse y estar. En estos momentos hasta parecer es lo mismo. Sentirse, estar, parecer sola. Mientras garabateo en el cuaderno, sobre el hule de flores estampadas en la mesa de la terraza de Santa Marta, esta es la única verdad que me envuelve: Me siento, estoy, parezco sola. Pero todo está bien. Sí, el sandwich es para mi, gracias.

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