Voy más allá.
Al menos ahora no me caigo en los sueños.
Cuando me tiro por la ventana, sé volar.
No regreso al sueño profundo,
ni emerjo en la vigilia:
continuo flotando,
–que la tierra firme es para
dementes–
en un sopor cálido
hecho de polvo de azúcar y algodón de maíz.
Si existen clowns, no son más aquellos pintados de histeria.
Porque la histeria aprendió a escribir
y caligráfica y pulida y técnicamente
garabatea lemas zen en el lugar de los partos.
Cuando vayas a lanzar la flecha de la verdad,
Moja la punta en miel
Saetas sin puntería:
Quizá habría que poner un poco menos de miel:
dolería lo mismo
y el parto sería a cuatro patas.
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