No hacen falta los sentidos.
Me sobras tacto, me sobras con la piel.
Los dos vais al centro de un mundo que desconozco.
Bajo las capas de lo innombrable, se corrompe el resto del mundo.
Todo ha comenzado a ser proscrito excepto tú.
Los ojos que tanto miedo me dio perder son solo esferas
como la nariz sibarita, la que solo sirve para saber si huelo mal o se ha quemado el guiso.
No quiero probar nada sino tu piel
-da igual qué parte, qué oprobio, qué milímetro-
Todo me sobra tras lo infinito de tu cuerpo.
¿PERO TÚ QUÉ ME CUENTAS?
-
Y la ratita presumida al gato le preguntó:
- ¿Por las noches qué harás?
El gato bostezó y respondió:
Por la mañana pereza y por la tarde un pernod.
Por la...
Hace 6 días
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