No hacen falta los sentidos.
Me sobras tacto, me sobras con la piel.
Los dos vais al centro de un mundo que desconozco.
Bajo las capas de lo innombrable, se corrompe el resto del mundo.
Todo ha comenzado a ser proscrito excepto tú.
Los ojos que tanto miedo me dio perder son solo esferas
como la nariz sibarita, la que solo sirve para saber si huelo mal o se ha quemado el guiso.
No quiero probar nada sino tu piel
-da igual qué parte, qué oprobio, qué milímetro-
Todo me sobra tras lo infinito de tu cuerpo.
RODRÍGUEZ
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a veces me acuesto temprano y claro me levanto temprano fresco de tiempo,
hoy he leído el don de la ebriedad de Claudio Rodríguez y me tenía que
aprende...
Hace 3 días
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