27 julio 2013

…Donde queda el miedo…



Tengo nutrias en el estómago.
Son dos. Bucean.
Quieren ser castores, levantar barricadas en el píloro.
Hablan de grandezas
mientras comparten un cigarro
tiradas en la orilla caliente:
La orilla visceral.

Pero no saben cómo serlo,
si es que hay que convertirse desde dentro para ser algo
o vale sólo con hablar de ello y ponerse un disfraz.

Si es que no será mejor haber nacido nutria,
­seguir siéndolo,
amar cada vez más la orilla de mi víscera
y todo lo caliente que tiene de sangre en mí.

No hay comentarios: