Como hubo un tiempo en el que todo era para mí,
en el que lo externo que toca y lo interno que siente,
-de una forma inocentemente
egoísta-
eran todo el mundo por conocer.
En un tiempo en el que el aire de mis pulmones,
desde una fotosíntesis imposible,
insuflaba vida a la vida.
El día en que descubrí que más allá de mi barrio seguía
habiendo tierra,
el mundo se me hizo hogar ajeno.
Así que
Esto es para mí
como hubo un tiempo en el que,
quizá por el hecho de no tener fronteras
ni en la piel, ni en lo social, ni en la mente
podía volar bajo,
pero volar, al fin y al cabo
sobre la realidad de una calle deslizada en bicicleta
Precario equilibrio o el equilibrio en sí mismo
Esto es para mí.
Un regalo que me hago tras la pérdida.
Y lo consumo y lo disfruto con la misma indiferencia
con la que de niña abría un regalo.
La emoción del presente sin plantear un antes o un después.
La emoción, al fin y al cabo
de quien disfruta lo dado sin preguntar en qué punto del
proceso
quedó errando la plusvalía.
Gozar y gozarme
Alegría y allegro ma non troppo
aunque in crescendo resurjan alarmas.
Desde lo vulgar
se derrite
un
índice
que señala.
Siempre se me dio mejor escribir epílogos
que desenvolver introducciones.
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