Lo finito se mezcla con lo infinito.
Dónde empiezo yo y dónde aquello que de mi contaron.
Lo que se vio en un reflejo,
lo que persistió,
el olor camuflado tras la ducha:
La esencia perdida.
Dónde empiezo yo y dónde mi relato.
Si soy un ser social
Se supone que lo que estés pensando me crea
tú, lectora
–o lector discriminado–.
Y si no es así,
Y si no es así,
se supone que entonces, no soy.
Porque solo existo si hay retales
porque solo soy Todo gracias a un índice
porque solo seré si lo anterior perdura.
El precario equilibrio de la existencia
tan precario como el salario,
como el derecho a la sanidad pública,
como el linchamiento de cristianos.
Que me crea yo o me crea vosotras
pende de un hilo
Que nos creamos a nosotras mismas
es el hilo en sí,
y que nos creemos,
el aire que debe insuflarnos vida.
Dónde dejé mi vello
creciendo bajo tierra en el orificio exiguo.
Lo finito se mezcla con lo infinito en el mismo momento
en el que alguien grita “no puedo más” pero continua
andando.
o bailando
o follando
o sufriendo.
Todo los excesos dirigen a la misma prueba:
si soy en mi boca,
si soy en la tuya,
si soy.
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