una no-palabra
pálpito de lamento errado,
en todo lo que te digo.
Sobresalto de liebre,
gorrión en las manos.
Te sobra la palma
para abarcarme el corazón.
Hay saldos,
resto,
fruta podrida,
vestigio pobre.
Esquinas con polvo eterno.
Un ticket de compra arrugado
en el compartimento inútil
de tu monedero.
Y ese pedazo de “por si quizá algún día”
soy yo llamándote a la puerta.
El billete de metro del 9 de febrero de 2010 a las 13.41
minutos.
Día cualquiera.
Cualquier beso.
Múltiple domingo.
Duerme la adopción
de la huérfana infinita
entre un hueco y tu
garganta.
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