La agarro de los pelos y sacudo su osadía por el balcón de casa
mientras se agita su melena van cayendo al vacío hilos de madejas nuevas
y se pierden los ácaros gigantes que hivernan en su alfombra
Quiero limpiarla por cobarde de medias valentías
deseo seguir sacudiendo contra los barrotes de metal
la mugre acumulada durante años sin sol
el paso del tiempo enredado en hebras durmientes
y la apatía,
el rencor,
de quien no ha logrado proyectar un sólo grito fuera de la garganta
comienza a renovarse con cada golpe
y parece que ya está lista
ahora sólo resta lavadora y punto
VICEVERSA
-
Era la noche de un viernes cualquiera de los muchos que, por aquel
entonces, solía acudir a los generosos conciertos de la sala Edén. En el
escenario M...
Hace 4 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario