No hacen falta los sentidos.
Me sobras tacto, me sobras con la piel.
Los dos vais al centro de un mundo que desconozco.
Bajo las capas de lo innombrable, se corrompe el resto del mundo.
Todo ha comenzado a ser proscrito excepto tú.
Los ojos que tanto miedo me dio perder son solo esferas
como la nariz sibarita, la que solo sirve para saber si huelo mal o se ha quemado el guiso.
No quiero probar nada sino tu piel
-da igual qué parte, qué oprobio, qué milímetro-
Todo me sobra tras lo infinito de tu cuerpo.
VICEVERSA
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Era la noche de un viernes cualquiera de los muchos que, por aquel
entonces, solía acudir a los generosos conciertos de la sala Edén. En el
escenario M...
Hace 4 semanas
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