12 abril 2008

sexto sentido

Los ojos son mentirosos profesionales que se ganan los cuartos creando espejismos de la nada. Es increíble cómo nos dejan ver simplemente aquello que queremos ver mientras obvian o tergiversan a placer la palpable realidad. Por eso unos afirman que hay semejanza entre cosas que a otros les parecen totalmente distintas o se opina que es más verde azulado que azul verdoso el color de un abrigo.

Los ojos nos dicen lo que queremos escuchar. Y, aunque seamos conscientes de que el entorno es algo totalmente subjetivo que cada uno interpreta a su manera, lo cierto es que damos una gran credibilidad a todo aquello que percibimos con la vista. En ese aspecto, es el sentido privilegiado. La vista nos da información sin esfuerzo y nosotros la asumimos muchas veces, más que nada por costumbre, sin tan siquiera rechistar.

El otro día vi a dos gemelas por la calle y al cabo de un rato, me encontré con otro par de gemelos. Me resultó gracioso. El caso es que después, en el metro de camino a casa, entraron en el vagón dos chicos muy parecidos. De hecho, empecé a alucinar porque al primer golpe de vista habría jurado que eran gemelos también. Sin embargo, en contra de lo que creí según me dictó el tramposo sentido, no sólo no eran gemelos sino que ni siquiera se conocían porque se sentaron cada uno en una punta del vagón. ¡Y a mi que me parecieron clones!… Pura autosugestión, sin duda alguna. Dí la razón a mis ojos en un santiamén, sin proponer una segunda opinión al párpado.

Supongo que será por eso que hoy he creído verte en caras que me he cruzado por la calle. Mis ojos me decían que eras tú, se vuelca el alma, pero luego no es real.
Deberíamos rescatar de segundos puestos al tacto para acariciar en vez de mirarte sin ver; al oído para escuchar cómo regresas a la cama de madrugada; al gusto, que conserva firme en mi lengua el sabor de tu sexo y, sobre todo, al olfato, el sentido que más perdura, el que más lejos nos transporta al recordar cuando ya no tenemos delante aquello que ver, tocar, oír o comer.
Me pregunto en qué lugar situar al supuesto sexto sentido...

1 comentario:

Samu dijo...

Saludos!
Un placer verte por mi huequito virtual. Enlazo el tuyo (zona Geodudes) , que no tiene desperdicio!

Nos seguiremos encontrando por los mandriles ( es en esos lugares donde se encuentra todo el mundo, lo raroo serñia coincidir en una bocacalle de alcobendas, por ejemplo.... XD )