25 marzo 2010

el río de los sueños

Hoy he escrito algo sobre que yo era una gota y tú un gigante y que me tenías que llevar al río de los sueños para evitar que me evaporase irremediablemente sobre la palma rugosa de tu mano.
Pero nunca llegué a bañarme en el río contigo, ni a retomar mi forma humana para pasar los días, lluvias y nieblas enrollada en tus hombros de gigante enamorado. No sé bien qué pasó por el camino pero desde luego no pude llegar al agua. Así que terminé siendo el torrente espontáneo y casual que te zarandea cada primavera sin guitarra.
Hoy escribí eso en el taller de escritura creativa. El tema era el río de los sueños. Karla se pone muy pastelero a veces, pero como yo también lo soy un poco, no me importa demasiado. Escribo a gusto. Exprimo lo poco que tengo y me siento bien. Es importante sacar la basura afuera y no se me da nada mal expulsar la oscuridad en forma de residuos amontonados en bolsas de plástico no reciclables.
Luego te he visto. Sí que eres un gigante. Sí que soy una gota y un torrente.

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