Como todas las diosas,
Necesito el fracaso para sentirme terrenal.
No más triunfos sin pena ni gloria.
Porque quien desea la gloria,
Necesita la pena.
Me nutro de ella,
Asciendo,
Desarrollo raíces,
La mirada de loba,
El corazón de campanilla errante.
Alguna vez he creído ser
La mujer más apasionada de la tierra
Eso era sólo porque no me conocía
Porque no escuchaba el latir
De calma,
El amor paciente.
La compañía de lo yermo
Haciéndose de rogar
Ante la puerta
Blindada y oscura
De la sinagoga de la esquina.
Sé
Que todo llega.
Y cuanto más larga sea la espera
Más la gloria,
Más firme el encuentro.
Todo sucede por algún motivo
Y tú me estás pasando
Directamente por encima.
VICEVERSA
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Era la noche de un viernes cualquiera de los muchos que, por aquel
entonces, solía acudir a los generosos conciertos de la sala Edén. En el
escenario M...
Hace 4 semanas
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